Vacunación contra toxoide tetánico
Lograr la eliminación del tétanos requiere un esfuerzo adicional, ya que es un agente que posee muchos reservorios y la inmunidad generada por la vacuna no es permanente.
Desde que el uso de la vacuna fue aprobado en 1923 transcurrieron un poco más de 20 años hasta que en 1954 se empezó a producir la vacuna en México, y quedó formalmente incluida dentro del esquema de vacunación en 1973 con la aparición del Programa Nacional de Vacunación.
Es una vacuna constituida principalmente por la neurotoxina tetanospasmina en su forma de anatoxina a partir de un proceso Academia Nacional de Medicina que comprende filtración, destoxificación con formaldehído y exposición a temperaturas de 37 °C, purificación y esterilización. Contiene sales de aluminio como adyuvante, cloruro de sodio y agua para inyección. Su potencia oscila entre 40 y 60 UI por dosis de 0.5 mL.
Los estudios demuestran menor respuesta inmunitaria con el aumento de la edad,52-54 no obstante el uso de un esquema primario compuesto por una dosis inicial y dos dosis de refuerzo a un intervalo de 1 y 12 meses entre dosis ha demostrado generar niveles protectores duraderos pese a la edad.51,55 Al menos 77% de los adultos mayores continúa con niveles protectores a 8 años de seguimiento de un esquema de tres dosis.
Son múltiples los estudios que apoyan la política de un refuerzo cada 10 años para mantener niveles protectores de inmunidad,57,58 sobre todo en la población adulta mayor donde es difícil garantizar que hayan recibido las tres dosis iniciales en los intervalos de tiempo especificados. Estos resultados coinciden con los informes de vigilancia epidemiológica de tétanos en población mayor de 50 años de edad receptora de al menos tres dosis de vacuna: 62.1% de los casos había recibido la última dosis en un lapso mayor a 10 años.
Esta vacuna se considera segura y con pocos efectos adversos, que en su mayoría son de tipo local: dolor, sensibilidad, edema y eritema en el sitio de inyección en 85% de los casos. Estas reacciones son más frecuentes en individuos con múltiples dosis previas.
Pese a la utilidad del hidróxido de aluminio en la inmunogenicidad de la vacuna, existe evidencia sobre una mayor predisposición a efectos adversos, aunque clasificados como leves. Otros eventos sistémicos como neuropatía del plexo braquial y Guillain Barré son muy poco frecuentes en los adultos mayores, en los que ocurre menos de un caso por cada 10 millones de dosis y 0.4 casos por cada millón de dosis.
¿Deseas mayor información?, comunícate con nosotros.
¡Haz tu cita con nosotros! LLÁMANOS
Tel. 5390 7424 / 5565 8044
E-mail: recepcion@geriatria.com.mx
Bibliografía: Luis Miguel F. Gutiérrez Robledo, Lourdes García García. (2014). VACUNACIÓN EN EL ADULTO MAYOR: PERSPECTIVA DE CURSO DE VIDA. 13 de febrero 2017, de Instituto Nacional de Geriatría Sitio web: http://www.geriatria.salud.gob.mx/contenidos/menu1/nuestras_publicaciones.html